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martes, 30 de abril de 2013

Consejos Sanutri: cómo evitar el mal humor en los niños

Foto: Roland Lakis
El tiempo pasa tan rápido… parece que fue ayer cuando el peque era solo un bebé, cuando sabíamos que si lloraba era principalmente porque tenía hambre o sueño, cuando arrancarle una carcajada era lo más fácil del mundo. Y ahora de pronto te encuentras con que el peque se enfurruña y está de mal humor bastante a menudo, muchas veces llegando hasta a perder el control. ¿Qué hacer? Desde Sanutri, expertos en alimentación infantil desde hace más de 45 años, te damos las claves del mal humor en los niños. 
¿Por qué está de mal humor? Lo primero para atajar su conducta malhumorada es averiguar la causa: puede que simplemente sea porque está cansado, o por las frustraciones normales que tienen los peques al crecer (no poder salirse con la suya todo el rato, no entender todo lo que pasa a su alrededor, miedo ante situaciones nuevas…), pero también es importante detectar si hay algún problema puntual que pueda ser más grave. Si su mal humor ha empezado de golpe y persiste en el tiempo, pregunta en el cole, por ejemplo, y averigua si hay algún problema que tú no conozcas. 
Para ayudar al peque a mejorar su humor y, en consecuencia, a ser más feliz, es muy importante enseñarle a controlar y expresar sus emociones: habla con él, tómale en serio (sus problemas te pueden parecer una tontería, pero para él son muy importantes), y explícale que los enfados no son la clave para arreglar nada. Que vea que contándote las cosas con calma (para esto muchas veces tendrás que esperar un rato a que se tranquilice) todo sale mejor. 
La expresión de las emociones se puede hacer de muchas formas: si el peque es muy introvertido y no le apetece (o no le gusta) hablar de sus sentimientos, puedes intentar que se exprese a través de otros medios como el dibujo o la música. Además, es muy importante que hagan ejercicio físico: además de liberar endorfinas que los pondrán de buen humor, se cansarán y dormirán mejor (lo que repercutirá también en su estado de ánimo). 
El ejemplo de los papás es también clave en estos casos: de nada sirve que le pidas al peque que se tranquilice y vea la vida de forma más positiva si lo que tiene a su alrededor son gritos y negatividad. Antes de responder a un chillido del peque perdiendo también tú los nervios, respira hondo e intenta tranquilizarte. ¡Así no entraréis en un círculo vicioso de enfados! 
Si a pesar de todo esto ves que el humor y la actitud del peque no mejoran, lo ideal es consultar al pediatra si es necesario ver a algún profesional para que detecte si el problema es más profundo y atajarlo a tiempo. ¿Cómo es el carácter de tu peque? ¿Se enfada a menudo o es tranquilo y bienhumorado?

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