Foto: D. Sharon Pruitt |
Ver
a un niño con gafas de sol es todavía extraño, y siempre tendemos
a pensar que lleva las gafas como componente lúdico, para jugar a
ser mayor.
Proteger
la piel de los peques con cremas y ropa y sombreritos es muy
habitual, pero por alguna razón la concienciación sobre la
protección que también necesitan sus ojos todavía no ha terminado
de calar.
¿Deben
los niños usar gafas de sol? La respuesta es un rotundo sí. En
Sanutri, especialistas en alimentación de los más pequeños con más
de 45 años de experiencia, te contamos los motivos:
- ¿Por qué? Al igual que ocurre en el caso de la piel, los rayos ultravioleta del sol pueden ser muy dañinos para los ojos de un niño. Sus cristalinos dejan pasar más radiación que la de un adulto, y el 80% de la radiación que puede provocar daños en la visión se recibe antes de los 18 años.
- ¿Cómo deben ser esas gafas de sol? Es muy importante tener claro que no son un juguete, por lo que deben ser homologadas con la marca CE, que garantiza que cumplen la legislación europea. Las lentes deben ser irrompibles y grandes, además de disponer de filtro de protección contra los rayos ultravioleta.
- ¿A partir de qué edad son recomendables? Los peques pueden llevar ya gafas de sol a partir de un año, siempre y cuando estén adaptadas a su edad. Las monturas de plástico flexible y la goma elástica ayudan a sujetar las gafas a la cabeza.
- ¿Puede entonces el peque estar todo el rato al sol? No. Lo ideal es no exponer a los niños al sol entre las 12 y las 16 horas y, si tienen menos de 12 meses, no exponerlos nunca de forma directa.
Así
que ya sabes, corre a alguna óptica y pregunta por gafas de sol
infantiles, y déjate aconsejar. Y cuando se las des al peque
asegúrate de que entienda para qué son: que no son un juguete y que
no son para mirar directamente al sol.
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