Foto: juantiagues |
El
otoño ya está aquí con su frío y sus lluvias. Las rutinas ya
están más que instauradas (volver a trabajar, el peque va al cole o
a la guarde…) y las tardes empiezan a parecer noches mucho antes.
¿Significa eso que debemos olvidarnos de la merienda y pasar
directamente a la cena? ¡Claro que no!
La
merienda
es básica para los niños:
ayuda a reponer energías y a completar nutrientes. Y además, seguro
que ya has notado que ¡es una de sus comidas preferidas! Pero, ¿cómo
deben ser las meriendas en otoño?
¿Hay que cambiar algo? Aquí van algunos consejos:
- Aprovecha los productos de temporada. Estamos en época de cítricos: mandarinas, empiezan las naranjas… ¡la vitamina C les ayudará a tener las defensas altas!
- La leche, mejor calentita. Seguro que muchas veces incluyes un vaso de leche en la merienda del peque. Ahora que hace frío, seguro que al peque le encanta tomarse ese vaso de leche algo más caliente. Con un poco de miel, además, le aliviará la garganta si está acatarrado (¡y estará más rica!).
- El bocadillo sigue siendo el mejor aliado. Los bocadillos de toda la vida siguen siendo perfectamente válidos en otoño. Algún día puedes probar también a hacerlo en una sandwichera para que el queso se derrita y el pan esté tostado y calentito.
- Las reglas generales de las meriendas siguen siendo válidas: evitar alimentos ricos en grasas saturadas, que se junte con la comida o la cena dificultando la digestión e intentar incluir alimentos variados y ricos en nutrientes.
¿Qué
suele merendar el peque? ¿Cuál es su merienda preferida? Seguro que
aprovechando los productos de temporada podemos tener mucha variedad
de meriendas otoñales ¿no?
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