Foto: mdanys |
A partir de los 2 o 3 años es cuando los papás empiezan a dar órdenes a los peques sabiendo que son ya lo suficientemente mayores para entenderlas, y es justo ahí cuando muchas veces empiezan los problemas: el peque no obedece.
Hay muchos tipos de desobediencia, por supuesto, y en algunos casos más extremos será necesario hablar con el pediatra para que te dé algún consejo y valore si la situación es grave; pero por lo general la desobediencia es normal y se puede atajar siguiendo una serie de pautas.
¿Cómo hacer que el peque sea un niño obediente? Desde Sanutri, expertos en alimentación infantil desde hace más de 45 años, te damos algunos consejos.
- Asegúrate de que el peque te ha escuchado. A veces se le dice algo mil veces a un niño y este no hace caso, no por ser desobediente, sino porque se le dijo cuando estaba entretenido haciendo algo, no prestó atención y no se enteró. Llama su atención: di su nombre, agáchate si es necesario a su altura (para establecer contacto visual) y solo cuando esté claro que te está escuchando, dile qué debe hacer.
- Pautas claras y acordes a su edad. Si el niño es todavía muy pequeño es mejor que las órdenes se le den de una en una: si le dices varias cosas a la vez se olvidará de la mitad, lo que resultará en un episodio de desobediencia (involuntaria). De igual forma, intenta no darle órdenes de cosas distintas que debe hacer “ya”: al no poder hacer dos cosas al mismo tiempo, se confundirá.
- Explícale por qué debe hacer lo que dices. ¿Qué pasa si no se lava los dientes? ¿Por qué tiene que ayudar en casa? Que sepa que no le estás dando órdenes sin razón solo porque mandas, sino que son pautas para una vida mejor.
- Refuerzo positivo. Intenta recompensar al peque (basta con un abrazo o una felicitación) cuando haga las cosas bien: si obedece a la primera (o incluso si tras resistirse un poco acaba cediendo), si hace algo por propia iniciativa (un día recoge la mesa sin que se lo digas… si no le dices nada, posiblemente no vuelva a pasar).
- No pierdas los nervios. La calma de los papás en todo esto es clave: si acabas gritando ellos también se pondrán más nerviosos y más tercos, evitando cambiar de postura aunque en el fondo sepan que deben hacerlo.
- Ser constante con los castigos. Habrá veces que el peque no obedezca y se le castigue: de nada sirve que estos castigos se le levanten antes de tiempo, el peque debe saber que las consecuencias son reales para pensarlo mejor la próxima vez.
- ¡Papá y mamá deben estar de acuerdo! Si el peque detecta que alguno de sus papás va a ser más permisivo, enseguida irá a por él o ella. Aunque no estéis siempre de acuerdo en todo (¡es muy complicado!), sí es muy importante que ante el peque os mostréis siempre con una posición única.
¿Qué tal lleva el peque lo de la obediencia? ¿Cuáles son tus trucos para que haga lo que le dices?
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